miércoles, 22 de septiembre de 2010

Primeras sesiones.


BIOPOLÍTICA: EXTRAÑEZA DE UN CONCEPTO QUE NO TERMINA DE CONSOLIDARSE.
CLASE 1.

1. Michel Foucault y el concepto de biopolítica.
Michel Foucault no desarrolló sistemáticamente el concepto de biopolítica desde sus primeras obras. No obstante ello, pueden rastrearse interesantes antecedentes en obras tempranas como Historia de la locura en la época clásica; el Nacimiento de la clínica; Las palabras y las cosas, y en su texto metodológico por excelencia: La arqueología del saber.
Se ha discutido mucho desde cuando Foucault encarna el análisis de lo que llamará, desde 1974, en las conocidas conferencias de Río de Janeiro, publicadas bajo el título “La verdad y las formas jurídicas”, biopolítica. Para el filósofo argentino, Edgardo Castro (2010: 23) no es posible considerar que en la primera etapa de Foucault ya se encuentra el “marco del juego entre dispositivos juridiccionales y dispositivos veridiccionales” , por lo menos en obras como Las palabras y las cosas o La arqueología del saber, ya que en la primera “la descripción de las formación de las ciencias humanas, en términos de episteme, permanece limitada al orden de las prácticas discursivas”. No obstante, no es menos cierto que en Las palabras y las cosas la imagen visual, desde la enciclopedia china pasando por el pensamiento de la semejanza y la similitud hasta llegar a la imagen del hombre borrándose “en los límites del mar” como “un rostro” se disipa “en la arena” (Foucault, 1986: 375), recorre transversalmente el texto. Mientras que en La arqueología del saber hay sendos capítulos referidos a dos tipos de formaciones prácticas: las llamadas discursivas y las no discursivas.
El concepto de biopolítica como tal, lo hace “visible” en tres cursos del Collège de France y al comienzo de un cuarto: los de los años 1976: Defender la sociedad; 1978: Seguridad, territorio y Población; 1979: Nacimiento de la biopolítica; 1980: Sobre el gobierno de los vivos y en las últimas páginas del primer tomo de la Historia de la sexualidad: la voluntad de saber.
Esta obra es la única, fuera de los cursos citados, en donde Foucault asume la consideración de la noción de biopolítica. Es por esto quizás, que los exegetas de la obra de Foucault, sus críticos y hasta sus interpretantes más cercanos o lejanos, rara vez se refieren extensamente al concepto de biopolítica vinculándolo a Foucault. Se podría realizar un amplio listado de libros sobre Foucault, publicados antes y después de su muerte, donde el término no aparece. Es el caso de Foucault, escrito por Deleuze poco después de su muerte. A esto se le suma que los cursos mencionados, fueron publicados tardíamente.
Es, quizás en forma más desarrollada, en la filosofía política italiana, entre las que figuran los nombres de Giorgio Agamben; Antonio Negri; Roberto Esposito; donde se produce un desarrollo, desde diferentes perspectivas, de la idea de biopolítica. Y, no siempre en estos teóricos, se puede encontrar una cercanía con la propuesta teórico- práctica de Foucault.
En términos epistémicos, en las primeras obras citadas de Foucault, produce un interesante pasaje desde una mirada más fenomenológica al estructuralismo y desde éste al llamado, no sin problemas, postestructuralismo. Esta ironía lo acompañará, posteriormente, en dos temas centrales: una es la ambigüedad que presenta el tema de la imagen y lo visual y, un segundo tema, es la herencia fenomenológica que encontrará en los teóricos del neoliberalismo.

2. Los conceptos como ironías.
Una lectura no menos atenta sostiene, para mayor complejidad, que la noción de biopolítica así como la de hermenéutica del sujeto (que no es una hermenéutica y menos aún del sujeto), son parte de un trabajo irónico con los conceptos realizado por Michel Foucault . Y, quizás esto se puede percibir con mayor claridad, en el curso de 1978- 1979, dictado entre el 10 de enero y el 4 de abril de 1979, titulado Nacimiento de la biopolítica.
En este curso, Foucault no se refiere directamente a la biopolítica ni a su nacimiento, sino a las diversas perspectivas comparativas sobre el neoliberalismo, tanto en su versión alemana, francesa como inglesa- norteamericana. Así en la clase del 7 de marzo de 1979 indica: “les aseguro que, pese a todo, en un comienzo tuve en verdad la intención de hablarles de biopolítica, pero después, como las cosas son lo que son, resulta que terminé por hablarles extensamente –demasiado extensamente, tal vez- del neoliberalismo, y además del neoliberalismo en su forma alemana” . La explicación que les brinda Foucault a sus interlocutores es la siguiente: “si me demoré un poco en el detalle a propósito de este problema del neoliberalismo alemán, fue ante todo por razones de método, porque quería, en continuidad con lo que empecé a decirles el año pasado, ver qué contenido concreto podía darse al análisis de las relaciones de poder, habida cuenta, por supuesto y lo repito una vez más de que el poder no puede considerarse en ningún caso como un principio en sí, ni como un valor explicativo que funcione de entrada. El término mismo de poder no hace otra cosa que designar un {ámbito} de relaciones que resta analizar por completo, y lo que propuse llamar gubernamentalidad, es decir, la manera de conducir la conducta de los hombres, no es más que la propuesta de una grilla de análisis para esas relaciones de poder” (Foucault, 2008: 218). Es decir, el poder como microfísica y susceptible de ser analizado microfísicamente, localmente, singularmente, y, por tanto, no universalmente ni trascendentalmente ni metafísicamente –más allá de la complejidad de estos dos términos en su herencia kantiana no siempre resuelta por Foucault-. Es, por ello, que términos como “Estado”, “sociedad civil”, serán puestos en tensión por Foucault, por su cercanía con los universales.
“Se trataba, por lo tanto”, agregaba Foucault, “de someter a prueba esa noción de gubernamentalidad, y, en segundo lugar, ver de qué manera la grilla de la gubernamentalidad, que puede suponerse que es válida a la hora de analizar el modo de encauzar la conducta de los locos, los enfermos, los delincuentes, los niños, puede valer, asimismo, cuando la cuestión pasa por abordar fenómenos de una escala muy distinta, como, por ejemplo, una política económica, la administración de todo el cuerpo social”.
La apuesta del análisis consistía en ver en qué medida “se podía admitir que el análisis de los micropoderes o de los procedimientos de la gubernamentalidad no está” limitado a un “ámbito preciso que se defina por un sector de la escala, pero debe considerarse como un mero punto de vista, un método de desciframiento que puede ser válido para toda la escala, cualquiera sea su magnitud” (Foucault, 2008: 218).
No obstante, en el resumen del curso, redactado posteriormente, indica que “el tema seleccionado era, entonces, la ‘biopolítica’; yo entendía por ello la manera como se ha procurado, desde el siglo XVIII, racionalizar los problemas planteados a la práctica gubernamental por los fenómenos propios de un conjunto de seres vivos constituidos como población: salud, higiene, natalidad, longevidad, razas..” (2008: 359).

3. El neoliberalismo como problema epistemológico.
Cuatro ideas iniciales que se encuentran en el análisis que emprende Foucault sobre el neoliberalismo: primero, el neoliberalismo no es, simplemente, una evolución –al interior del capitalismo- o una superación del liberalismo; segundo, el neoliberalismo no es, tampoco, simplemente un tema económico; tercero, el neoliberalismo no es un movimiento uniforme al interior del capitalismo; cuarto, el neoliberalismo se plantea como un problema epistemológico, jurídico, económico, cultural y social.
Foucault se detiene extensamente en el neoliberalismo en el curso 1978- 1979, en vez, de profundizar en el nacimiento de la biopolítica, como había prometido, por una “razón de moralidad crítica”. Esa razón de moralidad crítica, en la actualidad, afecta las distintas dinámicas de la gubernamentalidad en América del Sur, por ello, son interesantes de volver a ellas en su dimensión político- crítica.
Ejemplo 1: las incesantes reformas al Estado que se han planteado en diversos países de América del Sur (por ejemplo, Chile o Uruguay) en la postdictadura.

La razón era asumir la inflación con que se había ingresado en la crítica al estado. Ésta, no se corresponde con las últimas décadas del siglo XX, como podría pensarse, sino que tienen sus antecedentes en la crítica ordoliberal (neoliberal), que desde la primera y la segunda década del siglo XX, se emprende contra el estado en todas sus formas: proteccionistas, estatistas, socialistas, comunistas, fascistas, etc.
Para éstos el fascismo, en su versión más radical en la Alemania hitleriana, fue una deriva del proteccionismo estatal. Von Hayek, decía, “muchos se niegan a reconocer que el ascenso del fascismo y el nazismo no ha sido una reacción contra las tendencias socialistas del período anterior, sino un resultado inevitable de estas mismas tendencias” (en Foucault, 2008: 223).
La deriva del neoliberalismo, epistemológicamente, se vincula con el pensamiento de Max Weber, la fenomenología, el neokantismo y, aunque parezca más extraño aún, con la teoría crítica (aunque en movimiento inverso).

3.1. Desde Max Weber a Husserl.
Eucken (máxima autoridad de la escuela neoliberal alemana, discípulo de Alfred Weber, hermano de Max Weber). Había sido designado profesor de economía política en Friburgo en 1927 donde conoció a Husserl. En sus obras Eucken reconoce la influencia de Husserl sobre su método de economía política. De Husserl fundamentalmente toman la idea de “categorías ideales” (¿¿¿??). Además, cuestionan la tradición del liberalismo de los siglos XVIII y XIX (laissez-faire), considerándola como una ingenuidad naturalista. La competencia, para los ordoliberales, debe “sus efectos a la esencia que posee, que la caracteriza y la constituye”. La competencia es, en definitiva, una esencia, un eidos. Es un principio de formalización (normativa, ideal). “Tiene una lógica interna; posee una estructura propia. Sus efectos solo se producen si se respeta esa lógica. Se trata, de alguna manera, de un juego formal entre desigualdades”. La estructura formal, como en Husserl, no se da a la intuición sin una serie de condiciones “que habrán sido cuidadosa y artificialmente establecidas” (Foucault, 2008: 153).

3.2. De Max Weber a la Escuela de Frankfurt.
“Me refiero a la curiosa contigüidad, algo así como un paralelismo, entre lo que llamamos Escuela de Friburgo, u ordoliberales, y sus vecinos, de alguna manera”, de la Escuela de Frankfurt. “Paralelismo en fechas, paralelismo también en el destino, pues al menos una parte de los miembros de la primera se vieron obligados, como los integrantes de la segunda, a dispersarse y marchar al exilio” (Foucault, 2008: 133). Ambas, además, parten de una problemática “que era dominante en Alemania de principios del siglo XX y que puede denominarse weberismo”.
Los textos de Max Weber, con los que trabaja Foucault son Economía y Sociedad y La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Weber, según Foucault, desplaza a Marx de la reflexión a principios del siglo XX: de la lógica contradictoria del capital en Marx a la racionalidad irracional de la sociedad capitalista. Ese es el paso del capital al capitalismo. “Y puede decirse en términos generales que tanto” la Escuela de Frankfurt como la “Escuela de Friburgo, tanto Horkheimer como Eucken, retomaron ese problema simplemente en dos sentidos diferentes, dos direcciones diferentes, porque en forma esquemática, otra vez –el problema” de la Escuela de Franfurt “era determinar cuál podría ser la nueva racionalidad social capaz de definirse y formarse con el objeto de anular la irracionalidad económica. En cambio, el desciframiento de esa racionalidad irracional del capitalismo, que era también el problema de la Escuela Friburgo, gente como Eucken … va a intentar resolverlo de otro modo. No se tratará de encontrar, inventar, definir, la nueva racionalidad social, sino de definir o redefinir o recuperar la racionalidad económica que permita anular la irracionalidad social del capitalismo. Entonces, dos caminos, si se quiere, inversos para resolver el mismo problema”. En 1968 ambos senderos weberianos se enfrentaron a un lado y otro de las barricadas.
Con referencia a los dos neoliberalismo: el ordoliberalismo extiende la racionalidad del mercado como mecanismo de regulación de la competencia. Su análisis es dentro de “un marco institucional y jurídico que, por un lado, brindara las garantías y limitaciones de la ley y, por otro, asegurara que la libertad de los procesos económicos no produjera distorsiones sociales” (Foucault, 2008: 365). En cambio, el neoliberalismo norteamericano (Escuela de Chicago), extiende los mecanismos de mercado a espacios no exclusivamente económicos: la familia, la natalidad, la delincuencia y la política penal.
Ejemplo: Chile.

4. Problema de método.
El análisis del neoliberalismo que emprende Foucault se vincula, aún más, con lo que el llamará “el arte de gobernar”. Esta expresión la utiliza en un sentido restringido como “la manera meditada de hacer el mejor gobierno y también, y al mismo tiempo, la reflexión sobre la mejor manera posible de gobernar” (2008: 17). Es, en definitiva, “el estudio de la racionalización de la práctica gubernamental en el ejercicio de la soberanía política”. Deja de lado todos los universales del pueblo, la sociedad civil, los sujetos, el Estado, el soberano, la soberanía, que utiliza la sociología, la historia, la filosofía política, para partir de la “práctica tal como se presenta”, “se refleja” y “se racionaliza”. Método: caja de herramientas.

El Estado, para Foucault, cambia desde la Edad Media, ya que en esa época era el soberano que debía ayudar a sus súbditos. No es una casa (posición paterna), ni una iglesia (posición religiosa), ni un imperio (posición soberana) sino que es una “realidad específica y discontinua” (Foucault, 2008: 20).
El Estado “no es otra cosa que el efecto, el perfil, el recorte móvil de una perpetua estatización o de perpetuas estatizaciones, de transacciones incesantes que modifican, desplazan, trastornan, hacen deslizar de manera insidiosa, poco importa, las fuentes de financiamiento, las modalidades de inversión, los centros de decisión, las formas y los tipos de controles, las relaciones entre poderes locales, autoridad central, etc…” El Estado no es nada más que el efecto móvil de un régimen de gubernamentalidades múltiples… Por eso me propongo analizar o, mejor, retomar y someter a prueba esa angustia por el Estado … sin intentar arrancar el secreto de su esencia… No se trata de arrancarle su secreto, se trata de ponerse afuera y examinar el problema del Estado, investigar el problema del Estado a partir de las prácticas de gubernamentalidad (Foucault, 96). -
Reflexión sobre Estado de Policía (interno): siglos XVII y XVIII el objeto de la policía es casi infinito. “En cuanto poder independiente frente a los otros poderes, quien gobierna según la razón de Estado tiene objetivos limitados. En cambio, cuando debe manejar un poder público que regula el comportamiento de los sujetos, el objetivo de quien gobierna es ilimitado. La competencia entre Estados es la bisagra entre esos objetivos limitados e ilimitados, pues justamente para poder entrar en competencia con otros Estados, es decir, para mantenerse en una situación de equilibrio siempre desequilibrada, en un equilibrio competitivo con los demás Estados, el que gobierna va [a tener que reglamentar la vida de] sus súbditos, su actividad económica, su producción, el precio [al cual] van a vender las mercancías, el precio al cual van a comprarlas, etc […] La limitación del objetivo internacional del gobierno según la razón de Estado, la limitación de las relaciones internacionales, tiene por correlato la ilimitación en el ejercicio del Estado de policía” (Foucault, 2008: 23).
El método con el que inicia Foucault su análisis es la economía política, como todo método de gobierno en condiciones de asegurar la prosperidad de una nación: “creo que la economía política es lo que permitió asegurar la autolimitación de la razón gubernamental” (Foucault, 2008: 30). La economía política no se formó fuera de la razón del Estado –como el pensamiento jurídico de los siglos XVI y XVII- sino en el marco mismo que la razón de Estado había fijado en el arte de gobernar.

5. El problema de la biopolítica.
Si al principio del curso, Foucault se había propuesta el análisis de la biopolítica. Éste se verá interrumpido porque antes requiere comprender “ese régimen general que” llama “cuestión de la verdad, primeramente de la verdad económica dentro de la razón gubernamental”, fundamentalmente, “de qué se trata” ese régimen que es el liberalismo, “opuesto a la razón de Estado –o que, antes bien, [la] modifica de manera fundamental sin cuestionar quizás sus fundamentos-, una vez que se sepa qué es ese régimen gubernamental denominado liberalismo, se podrá, me parece, captar que es la biopolítica”. No obstante, Foucault no volverá a ella, en su sentido tanto de arte de la vida, de gobernación de la vida, como de gobernación de la población y del /los cuerpos.

Próxima sesión: Las vinculaciones de los ordoliberales con América Latina.



EJEMPLO 1.
Las vinculaciones de los ordoliberales con América Latina.
Ejemplo 1: Van Mises en Buenos Aires.
Son conocidas las vinculaciones de la Escuela de Chicago con América Latina. Sin embargo, no lo son tanto las de los ordoliberales. En ella, juega un papel destacado, Van Mises.
1. Ludwig Edler von Mises.

Ludwig Edler von Mises (1881- 1973), nació en la ciudad de Lemberg, situada en esa época, en el imperio Austro-Húngaro.
Ludwig fue el mayor de tres hermanos, uno de los cuales murió de niño y el otro, Richard, llegó a ser con el tiempo un matemático y lógico positivista destacado y con el que Ludwig tuvo unas frias relaciones personales.
Ludwig von Mises se doctoró en derecho en 1906 y comienza su actividad docente, primero, durante seis años, enseñando Economía en la Escuela de Estudios Mercantiles de Viena para señoritas y después, a partir de 1913 y durante veinte años, como profesor de la Universidad de Viena. En 1934 hasta 1940 es nombrado catedrático de Economía Internacional en el Graduate Institute of International Studies of Ginebra (Suiza).
Huyendo de Hitler al comienzo de la segunda Guerra Mundial se trasladó a EEUU donde adquirió la ciudadanía y fue nombrado profesor de la Universidad de Nueva York, puesto que desempeñó hasta su jubilación en 1969. De 1920 a 1934 Mises organizó y dirigió seminarios de Economía en su despacho oficial de la Cámara de Comercio de Viena, en la que era Secretario General y Jefe del Departamento de Economía. Asistieron regularmente entre otros el premio novel de economía Friedrich von Hayek, Fritz Machlup, Felix Kaufman, del Reino Unido y Estados Unidos asistieron Lionel Robinson, Albert G. Hart.
Ludwing von Mises fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de New York y por la Universidad de Friburgo (Alemania); siendo distinguido en el año 1962 con la Medalla de Honor de las Ciencias y de las Artes de la República de Austria. Nombrad Distinguished Fellow de la American Economic Association en 1969. Ludwing von Mises falleció en Nueva York el 10 de octubre de 1973 después de haber publicado centenares de artículos y monografías sobre temas de economía. Ya en 1944 Henry C. Simons lo calificó como el “más grande profesor de economía viviente”. Después de su muerte, el premio novel de economía Milton Friedman, nada sospechoso de simpatía con las posiciones teóricas de Mises, ya que había importantes diferencias entre el neoliberalismo alemán y el norteamericano, se refirió a él como “uno de los grandes economistas de todos los tiempos”. Otro premio novel de economía, Maurice Allais, ha escrito que Mises era “un hombre de una inteligencia excepcional, cuyas contribuciones a la ciencia económica han ido todas ellas de primer orden”. En 1959 visitó Argentina, invitado por el Centro de Difusión de Economía Libre, donde brindó seis conferencias en la Facultad de Ciencias Económicas de la U.B.A. (Buenos Aires).
2. Testimonio de la viuda Van Mises.
“A fines de 1958, cuando mi esposo fue invitado por el Dr. Alberto Benegas Lynch, a ir a la Argentina a dictar una serie de conferencias, se me pidió que lo acompañara. Este libro contiene, por escrito, lo que mi esposo dijo a centenares de estudiantes argentinos en dichas conferencias”.
“Llegamos a la Argentina varios años después que Perón había sido forzado a dejar el país.
Perón había gobernado destructivamente y destruido totalmente los fundamentos económicos de la Argentina. Sus sucesores no habían sido mucho mejores. El país estaba dispuesto a recibir nuevas ideas y mi esposo estaba igualmente dispuesto a proveerlas”.
“Sus conferencias fueron dictadas en inglés, en el enorme salón de conferencias de la Universidad de Buenos Aires. En dos salas vecinas sus palabras eran simultáneamente traducidas al idioma español para los estudiantes que escuchaban con audífonos. Ludwig von Mises habló sin restricción alguna sobre capitalismo, socialismo, intervencionismo, comunismo, fascismo, política económica y los peligros de una dictadura. Estos jóvenes que escuchaban a mi esposo no sabían demasiado sobre el mercado libre o sobre las libertades individuales. Así como escribí sobre esta ocasión en My years with Ludwig von Mises (Mis años con Ludwig von Mises): ‘Si cualquiera en esos tiempos se hubiera atrevido a atacar al comunismo y al fascismo como mi esposo lo hizo, la policía habría entrado y lo habría detenido inmediatamente, y la reunión habría sido disuelta’”.
“La audiencia reaccionó como si una ventana se hubiera abierto y se permitiera al aire fresco soplar a través de las habitaciones. Habló sin notas. Como siempre, sus pensamientos eran guiados solamente por unas pocas palabras escritas en un trozo de papel. Sabía exactamente lo que deseaba decir y, usando términos comparativamente simples, consiguió comunicar sus ideas a una audiencia no familiarizada con sus trabajos, de una forma en que pudieran entender exactamente lo que estaba diciendo.
Las conferencias fueron grabadas y las cintas fueron más tarde trascriptas por una secretaría hispano parlante cuyo texto tipeado encontré entre los papeles de mi marido después de su muerte. Leyendo la trascripción recordé vívidamente el singular entusiasmo con el que aquellos argentinos habían respondido a las palabras de mi esposo. Y me pareció, como no-economista, que estas conferencias, dictadas ante un público lego en Sur América, eran mucho más fáciles de entender que muchos de los más teóricos escritos de Ludwig von Mises. Sentí que contenían tanto material valioso, tantos pensamientos importantes para hoy y para el futuro, que debían hacerse públicas”.

Próxima sesión: De la guerra fría y la interculturalidad. FMI y cartas de intención: ¿un tema intercultural?

martes, 21 de septiembre de 2010

Lecturas obligatorias.

"Comunicación y biopolítica".
Víctor Silva Echeto.
Revista F@ro.

http://web.upla.cl/revistafaro/n11/art08.htm

lunes, 20 de septiembre de 2010

Curso 2010.


CURSO:
COMUNICACIÓN, DECONSTRUCCIÓN Y ESTUDIOS DE LA CULTURA.
CURSO 2010.
MAGISTER EN COMUNICACIÓN.
UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE.
PROFESOR: DR. VÍCTOR SILVA ECHETO.

Situación del curso:
Primera parte: deconstrucción, comunicación y estudios de la cultura. La biopolítica como un eje de deconstrucción de la comunicación y de los estudios de la cultura. La biopolítica y el biopoder.
Crisis de los Estudios Culturales como teoría macro y el cansancio de la teorización.
Los estudios culturales como problema. Temas problemáticos: en este curso la biopolítica como eje de deconstrucción de la comunicación y la cultura.
Problema 1: Foucault y el nacimiento de la biopolítica. Biopolítica y neoliberalismo. Las vinculaciones de los ordoliberales con América Latina. Ejemplo 1: Van Mises en Buenos Aires. Problema científico y epistemológico: neoliberalismo, fenomenología y teoría crítica. Weber frente a Marx. Ejemplo 2: De la guerra fría y la interculturalidad. FMI y cartas de intención: ¿un tema intercultural?
Problema 2: Seguridad, territorio y población. La seguridad como un tema biopolítico. De la vigilancia y el castigo a la seguridad. Territorio y medición: el tema de la población.
Problema 3: Situación del curso y resumen en Defender la sociedad. Ejemplo 3: Postdictadura en América Latina. Archivos, políticas de la memoria. Biopolítica en Historia de la sexualidad. Las lecturas postfoucault.
Problema 4: Agamben y Foucault: continuidades/ discontinuas y rupturas. Resumen de los homo sacer. Soberanía, economía y religiones. Un religioso y un ateo. Agamben discute el concepto de vida en Foucault y Deleuze por un lado, y en Derrida por otro. Otras influencias de Agamben: Heidegger; Benjamin; Benveniste; Debord; Derrida.
Problema 5: comunicación de masas, espectáculo, simulacro, vigilancia y biopolítica. Debord frente a Foucault. Baudrillard frente a Foucault: ¿olvidar a Foucault o a Baudrillard?
Problema 6: ¿Se sustenta el concepto de biopolítica como eje de deconstrucción entre la comunicación y la cultura o se vuelve circularmente a la ironía de los conceptos?